
Mi primera elaboración de cerveza a partir de grano
La cerveza es la bebida resultante de la fermentación alcohólica, mediante levadura seleccionada, de un mosto procedente de malta de cebada.
Para la elaboración de cerveza artesanal, podemos comprar directamente una lata, o kit para elaborar cerveza casera. Dicha lata, contiene un extracto de malta listo para hidratar y fermentar.
Sin embargo, la forma más “artesanal y creativa” para hacer cerveza casera consiste en obtener nosotros mismos el mosto a partir de los azúcares que contienen los granos de la malta de cebada.
Además de la malta, necesitaremos otros ingredientes como el agua, el lúpulo, la levadura y un poco de azúcar.
Pasos para conseguir la elaboración de cerveza casera
Dividiremos la elaboración de nuestra cerveza en los siguientes pasos:
- Molido
- Macerado
- Hervido
- Primera fermentación
- Embotellado
1. Molido
Los granos de malta tienen una corteza dura que hay que romper para que, al ponerlos en agua caliente, los azúcares que están en su interior se diluyan en el agua y obtener el mosto cervecero.
Por lo tanto, hay que romper los granos de malta y bastará con trocearlos con un molinillo o picadora de cocina. En este paso, se debe prestar especial atención para no triturarlos demasiado. Este tipo de molinos permiten realizar bien esta operación. La apariencia de la malta troceada debe ser como ésta:

2. Macerado
Una vez que esté el grano de malta triturado, lo pondremos en el interior de una bolsa para grano que sumergiremos en un recipiente con agua caliente durante aproximadamente una hora, como si de una gran infusión se tratase. El agua puede ser del grifo si previamente la hervimos para eliminar el cloro y la dejamos enfriar hasta la temperatura de la mezcla. Nuestra recomendación es usar agua embotellada libre de cloro.
Durante este tiempo de macerado los azúcares del grano se diluyen en el agua y obtendremos el mosto cervecero. Es necesario controlar y mantener constante la temperatura de la mezcla agua + grano (entre 63 y 67ºC para cervezas ligeras y entre 68 y 71ºC para cervezas con más cuerpo y dulzonas).

El recipiente utilizado puede ser un simple caldero de cocina que mantendremos al fuego, controlando la temperatura con un termómetro, en una nevera de playa, o un cualquier recipiente isotermo que sea capaz de mantener la temperatura durante el tiempo de macerado.
3. Hervido
Tras la hora de macerado, elevamos la bolsa que contiene el grano de malta y esperamos unos minutos para que el mosto escurra, (sin ejercer presión sobre la bolsa). Optativamente se puede pasar varias veces el mosto por la bolsa de la malta para que se filtre y al final añadir agua caliente a unos 75ºC para lavar el grano y extraer la mayor cantidad de azúcar posible.
Desechamos el grano y ponemos a hervir el mosto filtrado durante una hora en el caldero sin tapa. En esta parte del proceso se añadirá el otro ingrediente principal de la cerveza, el lúpulo, que aportará amargor, si se añade al principio del hervido, o aroma, si se añade al final.

El grano que se desecha se puede utilizar como alimento para animales y también se puede secar y triturar como una harina para emplear en recetas de cocina.
Este hervido servirá para esterilizar también el mosto y coagular algunas sustancias que se irán al fondo del caldero. Tras el hervido esperamos unos 15 minutos y pasamos el mosto a otro caldero, evitando que el precipitado que está en el fondo sea trasegado.
Es muy importante que a partir del hervido, todos los utensilios empleados se desinfecten antes de su uso porque se podría contaminar la cerveza.
Seguidamente enfriamos el mosto hasta alcanzara unos 20 – 22 ºC. Esto se puede hacer simplemente poniendo el caldero dentro de un recipiente con abundante hielo y agua.
4. Primera Fermentación
El mosto se trasvasa a un fermentador aireándolo y se añade la levadura, espolvoreándola sobre el mosto, para que se realice la fermentación (transformación del azúcar del mosto en alcohol).
Durante la primera fermentación , el fermentador tiene que estar a una temperatura de unos 20ºC, para cervezas Ale, y de unos 12ºC para cerveza Lager. Tiene que estar tapado con un borboteador , (uno de los accesorios para cerveza fundamentales), por el que saldrá el CO2 que se genera.
Transcurridos unos 10 – 15 días la fermentación finaliza y veremos que el CO2 deja de salir. Tras la fermentación, optativamente podremos meter el fermentador en una nevera durante unos 10 días para que la cerveza se aclare.
Posteriormente, realizamos un trasiego de la cerveza a otro recipiente, dejando en el fondo del fermentador los restos sólidos que han precipitado durante la fermentación. En este punto de la elaboración ¡ya tenemos cerveza!. Solamente nos queda la espuma y la carbonatación.
5. Embotellado de la cerveza
Pasamos a embotellar la cerveza añadiendo a cada botella un poco azúcar (unos 6 gramos por litro) en forma de pastilla de carbonatación que fermentará en la botella tapada con chapas que evitan que el CO2 generado se pierda. De esta forma, tras unos 20 días la cerveza habrá obtenido la espuma y estará lista para ser consumida. Dependiendo del estilo elaborado su consumo óptimo será unos meses más tarde, cuando haya madurado convenientemente en un logar oscuro a unos 15ºC. Recomendamos ir probando después de la maduración en diferentes momentos, para degustar cómo evoluciona y su mejor momento.

Como hemos visto no hacen falta más que unos pocos utensilios para elaborar nuestra primera cerveza casera a partir de grano, un caldero, una bolsa-malla y un kit de cerveza que contiene los fermentadores y resto de pequeño material necesario.
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